sábado, 12 de marzo de 2011

Prohibamos el 8 de marzo o el bendito Día de la Mujer

Que bueno que en Venezuela y el mundo siempre pasan cosas, buenas y malas, pero al fin y al cabo son cosas. Seguro algunos de los que me siguen estarán esperando que diga y opine de algunas de esas cosas que pasan todos los días por esas calles de Dios. Pero hoy no tengo ganas de escribir de nada del mundo, mejor dicho, del mundo exterior, hoy quiero compartir contigo que me lees y a quien doy las gracias, algunas reflexiones sobre la vida.
Lo primero que me provoca, es escribir sobre la manía de celebrarlo todo y dejar para la fecha en cuestión, los reconocimientos, homenajes, discursos, tarjetas, flores, regalos, en fin, dejar solo para un día lo que sería mejor hacer todos los días. Algunos me criticaron cuando lance o alce mi voz contra la celebración del Día de los Enamorados, incluso alguien lo llegó a comparar con la celebración del cumpleaños. Respeto esa posición, pero seguiré empeñado en decir que resulta más barato y hasta mejor, decir un TE AMO bien sentido todos los días, que esperar cada 14 de febrero para recordar que tienes a alguien a quien decirle que lo o la amas.
Todo este cuento lo traigo a colación por otra de esas tantas fechas que aparecen en rojo en los calendarios, esta vez, el bendito Día de la Mujer. A alguien le provocó que el 8 de marzo, con disfraz incluido (este año coincidió con el Carnaval), se celebraría el Día de la Mujer. Vuelvo yo:  es que acaso ese ser tan importante, el que no lo crea así que lance la primera estupidez, tiene que esperar cada 8 de marzo para recordarle al mundo que es Mujer?
Mientras que llega el 8 de marzo, siguen aumentando las cifras de violencia contra ellas, física, verbal y psicológica; siguen las cifras sobre la diferencia en los porcentajes de contratación en el mercado laboral entre las mujeres y los hombres; y sigo escuchando por allí lo que dicen algunos cerebros brillantes: “contrato hombres pues ellos no salen preñados” y prefieren darle trabajo a un tipo, no lo puedo llamar hombre, que llegue tarde todos los días, los viernes con resaca, que haga el trabajo mal, pero eso sí “no sale preñado”.
Pero no quiero perder espacio hablando de cosas malas que afectan a las mujeres, visto estos hechos por un hombre. Quiero hablar o mejor dicho escribir, de lo bueno que significa salir de una mujer, crecer entre mujeres, perder a una mujer, ganar a una mujer, amar a una mujer y como seres humanos a veces hasta llegar a odiar a una mujer. Son tan grandes ustedes mujeres que son capaces de despertar todos esos sentimientos. Ustedes son tan grandes, que aún cuando ya no están y pasan a otro plano, una lágrima es capaz de escaparse al recordar cuando nos tomaban la temperatura en plena madrugada en medio de alguna enfermedad.
Ustedes son tan grandes que son capaces de ser madres, novias, esposas, amantes, amigas, maestras y hasta de hacer las mejores hallacas en navidad. Son tan grandes que sufren cambios en su cuerpo para traer nuevas generaciones a esta tierra, son capaces de dar su vida por esos seres que se conocen como hijos. Son tan grandes que son capaces de darle 48 horas a un mismo día tomando todas las acciones necesarias para garantizar la felicidad de los que la rodean y además estar de punta en blanco para enfrentar la vida.
Seguiré insistiendo y me niego a esperar cada 8 de marzo para reconocer lo grande que son las mujeres, es más, son tan grandes que hasta muchos que nacen hombres con el pasar de los años se dan cuentan que nacieron en un cuerpo equivocado y hacen lo que sean para tratar de llegar a ser mujer.
Estas líneas que hoy lees me provocaron dedicarlas a la Mujer (sí, con mayúscula) pues desde que abrí los ojos por primera vez en mi vida, por cierto hace casi 46 años, he estado rodeado de Mujeres; por supuesto mi mamá, de ella salí y luego mi Leya (así le decía a mi abuela paterna) que con el pasar de las horas, los minutos, los segundos, los meses, los años, se convirtió en mi Mamá con todas las de la ley y hoy a 28 años de su viaje, aún la extraño y la lloro como si fuera ayer que se me fue.
Mi Leya tuvo sus aliadas incondicionales, mi Tivón (Carmén Elena) y mi Tía Morocha (María Teresa) que hasta hace pocas horas se peleaban por llevarme el almuerzo hasta mi trabajo, sin importar la cola, la lluvia, manifestaciones y cuanto obstáculo encuentren en el camino, para que coma la delicias de la casa que he comido desde que nací.
De ellas podría hablar horas, pero eso de las cadenas se lo dejo a otros, yo solo les voy a comentar que ellas, mis tías, han sido, son y serán laaaaasss Mujeres que desde pequeño me han enseñado el valor de las Mujeres a quienes les dedico estas líneas escritas sin necesidad de que sea 8 de marzo.
No puede faltar en este humilde tributo, Aura (la esposa de mi papá, con quien vivo desde hace 35 largos años), a ella le tengo que agradecer el ponerme en el camino de este “el mejor oficio del mundo”, pues a los 8 años nos llevó a un plan vacacional donde vi prácticas de radio, teatro y por primera vez escribí un artículo de prensa.
En lo profesional he tenido el orgullo de compartir con muchas mujeres, y de cada una de ellas he aprendido y he adquirido las herramientas de lo que hoy hago y que ahora comparto con ustedes. No las voy a nombrar, pues corro el riesgo de dejar a alguna fuera y eso no es justo. Lo que les puedo asegurar es que todas han sido “palo de Mujeres” y se los quiero agradecer desde esta trinchera que la tecnología nos permite.
No puedo dejar de mencionar a las Mujeres con las que he recorrido parte de este camino que a muchos les da por llamar vida. A ellas tampoco las voy a mencionar, no por el riesgo que les mencioné antes, sino por caballerosidad y mucho respeto. Han sido altas y bajas, dimes y diretes, alejamientos, reconciliaciones, olvidos, reencuentros, desencuentros y hasta peleas por así decirlo, pero debo agradecer lo vivido, pues todo ha sido recogido en el disco duro del alma para construir lo que hoy he construido. Son 3 hermosos hijos, por los que todos los días pido a Dios, para que los cuide y me de vida para verlos crecer como Mujeres y un hombre de bien.
En fin, todo esto que hoy les cuento no es por el Día de la Mujer, no. Es porque gracias a una Mujer, mi vida está a punto de dar un giro y de emprender un camino que desde aquí se ve iluminado, se ve amplio en el horizonte, se ve despejado para que todo salga bien. Un camino que ha estado marcado por señales de Dios y por bendiciones de muchas personas que estoy seguro de corazón, quieren el bien para ambos.
Pronto estaré en otra ciudad, con otra gente, otras costumbres, con más calor del habitual, con las maletas llenas de ganas de hacer las cosas bien y muchos planes, por supuesto, con ELLA, quien después de tantos años, de tantas despedidas y regresos y de locuras con mi autoría, quiso esperar el tiempo justo para que hoy seamos un nosotros.
ELLA que siempre ha estado allí, en las buenas, en las no tan buenas, en las malas y ahora otra vez en las buenas, esa “palo de Mujer” que hoy es mi Esposa, irreverente como yo, y que lleva por nombre Marcia Chiquinquirá, ha sido una las principales inspiraciones para estas líneas, pues está de acuerdo que para ser MUJER y reafirmarlo todo los días, no es necesario esperar el 8 de marzo de cada año, sino darle gracias a Dios por la fuerza y por poder vestirse con las mejores galas que tenga la vida para ser amiga, hermana, madre, esposa, amante, compañera, hermana, hija y tantas cosas que aguante ese cuerpito todo los días…por allí nos vemos.

2 comentarios:

  1. Exclente, gracias por lo que me puede tocar y ojalá muchos pensaran como tu, en cuanto al reconocimiento a diario, pero como todavía existen en este mundo muchos trogloditas, hay que darls un empujón mental para ver si reaccionan y celebrarlo es una manera de hacerlo. Cuando hablaste de quienes contratan a solo hombres porqu "no saln preñados" recordé que en 1999 al reintgrarme a mi trabajo después del reposo postnatal de mi segundo hijo, hizo una reunión para hablar sobre los aumentos de salario y a cada quien le fue informando, al llegar a mi me dijo que no me correspondía aumento porque yo había salido embarazada y había estado de reposo (creo sinceramente que el tipo fue concebido de manera artificial y creció en una botella) en fin, lindas palabras y mejor xposición del tema imposible, como siempre mi respto y admiración amigo

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