Una
interesante clausura, un paseo por lo mejor de música producida en el Reino
Unido con un toque de glamour incluido, fue el marco para decir adiós a los
Juegos Olímpicos, Londres 2012.
La
fiesta de despedida también sirvió para recordar a los grandes como Freddy
Mercury, vocalista de Queen (no de The Beatles, por Dios), Jhon Lennon y su
Imagine, el regreso por una noche de las Spice Girl, luego de un año fuera de
escenas, George Michael y pare de contar. Sublime fiesta de clausura.
El
final también sirvió para dar la bienvenida a la cuenta regresiva para Río de
Janeiro 2016. Por cierto que me dejo un raro sabor en la boca el inicio de esa presentación
con un hombre negro disfrazado de barrendero bailando samba (de verdad me dio
mala espina eso), menos mal que llegó O Rey Pelé y se me pasó el mal
pensamiento.
Hasta
aquí todo de acuerdo al libreto, pero ahora ya sabemos lo que viene. Se abre un
nuevo ciclo para la preparación de los atletas y antes de eso, vendrán las
reuniones, las mesas de trabajo, las radiografías, los dimes y diretes, en fin
la evasión de responsabilidades por lo que fue y no pudo ser en la
participación de nuestros atletas.
Más
de lo mismo, que si el Comité Olímpico tuvo la culpa, que si el Ministerio del
Deporte, tuvo la culpa, que si Cadivi, que si las entradas, que si las
lesiones, que si el entrenador (el que fue y el que no fue), que si esto que si
aquello. Total puras excusas y allí están los resultados: 1 medalla y 9
Diplomas Olímpicos.
No
se cuándo vamos aprender que a ese tipo de competencias (a ninguna mejor dicho)
se puede ir con puro corazón, con puras ganas, con puros sueños. Corazón de
sobra tienen nuestros atletas pues si no fuera así, ni de casualidad lograran
lo que ellos, ELLOS, logran cuando se colocan la bandera nacional en su cuerpo
o en su pecho como ustedes quieran.
Aquel
que nunca en su vida ha sido atleta, no tiene ni idea de lo que ellos viven o
dejan de vivir para estar allí donde están; número uno del mundo, entre los 10
mejores del mundo y hasta estar en el desfile inaugural de unos juegos
olímpicos. Los atletas se lo han ganado,
se lo han sudado y todo gracias al corazón y a sus habilidades en las
disciplinas que eligen.
Señores
no es fácil estar en la elite del deporte, por algo se llama elite (no me desvíen
la cosa que estoy hablando de deportes, allá aquellos que a realazos compran el
puesto). La idea no es victimizar a los atletas, pues ellos decidieron ser eso,
atletas. La idea es reconocer lo que han logrado y sentirnos orgullosos de
ellos pues dejan en alto el nombre de nuestro país en cualquier rincón del
mundo. Ahhhh que son rojos, verdes, blancos o el color que sea, eso es otra
cosa y eso es problema de cada uno de ellos y de su conciencia.
Criticarlos
por sus posturas es caer en lo que muchos critican y entonces es más de lo
mismo. Su posición personal no le va quitar el color a la medalla o le va
borrar las letras al Diploma, no le va quitar sus habilidades y destrezas y
mucho menos el puesto que “con el sudor de su frente” se han labrado.
Lo
que si es inaceptable es que grupos se quieran adueñar de una victoria, de un
logro, por el que no han trabajado o les han puesto todas las trabas posibles
para bloquear el camino que ellos se han ganado. No es posible, sea de quien
sea la responsabilidad, que por un miserable boleto, nuestros atletas pierdan
la concentración, por la falta de su entrenador de toda la vida, a ese nivel,
un atleta se presente solo a la competencia. Eso es inaceptable.
No
es posible que días antes de la fecha de inauguración, los atletas hagan uso de
las redes sociales para “exigir” la asignación de los recursos para su
preparación. No es posible.
No
es posible que un atleta llegue a los JJOO lesionado y la delegación se entere
el día de la competencia. No es posible.
Ahhh
sin contar con lo que pasó con el Tae kwon Do que desde que se inicio como
disciplina de exhibición nos dio medallas; ni siquiera pudo llevar
representación a la cita londinense y el Polo Acuático que ni pudo salir de
Maiquetía a buscar su cupo a los Juegos y ahora hasta suspendido está.
Así
dudo que sigamos acumulando medallas en la cantidad que soñamos, dudo que la
cosecha en Juegos Olímpicos siga creciendo como la de Colombia por ejemplo y estoy
seguro que seguiremos dependiendo del inmenso corazón, el orgullo y la garra de
esas muchachas y muchachos que dejan todo, sí todo, por representar a nuestro
país en cualquier parte del mundo.
A
ellos, los atletas venezolanos, mi respeto y mi agradecimiento y si son o no
rojos, blancos, verdes, azules o lo que sea, es su problema y allá ellos con su
conciencia.